El exceso de higiene. Cómo nos afecta. La hipótesis de la higiene.

La hipótesis de la higiene viene comentándose y publicándose desde los años 80. Está basada en datos epidemiológicos y habla de los peligros de cargarnos todas las bacterias (buenas y malas) que nos rodean y cómo nuestro sistema inmune se ve afectado.

Así que hoy hablamos de esto.

Nuestro sistema inmunológico está diseñado para defendernos de bacterias, virus, gérmenes, etc, … y lo hace bastante bien.

El cuerpo antes se entrenaba cual boxeador de campeonato para deshacerse de aquellos patógenos que nos daban la lata. Hoy en día, sin embargo no nos exponemos a estas pequeñas amenazas de la manera que era habitual. Ahora nos vacunamos, nos inflamos de antibióticos, limpiamos la casa con productos germicidas o bactericidas, desinfectamos cada rincón y hasta esterilizamos gran parte de la comida (pasteurizaciones, cloro, irradiaciones, hormonas, GMO’s….).

Está todo tan limpio que nuestro sistema inmune no tiene que esforzarse tanto con las infecciones y gérmenes comunes que acaba respondiendo de manera inadecuada.

Un sistema inmune fuerte ha de ejercitarse desde el nacimiento ya que el sistema inmunitario recuerda qué patógenos han pasado ya por el cuerpo y cómo atacarlos (esto es la lógica base de las vacunas), así se puede reaccionar antes frente a una infección cuando el mismo patógeno vuelve a encontrarse.

Está demostrado que los niños que se crían con animales de compañía, aquellos que viven en entornos rurales o granjas y aquellos que más tiempo asisten a guarderías (sitio donde los críos comparten alegremente todos sus gérmenes), tienen una menor tasa de afecciones de tipo alérgicas y asmáticas.

Sin embargo los que están apartados de los demás niños, ingresan tardíamente en la guardería y su entorno, a demás, está hiper-limpio tienen mayor incidencia de problemas alérgicos e incluso probabilidades de desarrollar afecciones intestinales.

La forma de venir al mundo también es un factor determinante ya que el tracto digestivo en los recién nacidos es estéril. Durante los primeros días se empieza a generar la flora bacteriana.

Aquellos nacidos por cesárea tendrán hasta 5 veces mayor riesgo de sufrir reacciones alérgicas ya que durante el paso por el canal del parto ya empiezan a recibir bacterias maternas. Como curiosidad, entre los partos vaginales, los que nacen boca arriba también suelen tener un riesgo algo mayor de sufrir alergias que los que nacen de lado o boca abajo.

 

Nota: Ojo, no queremos fomentar el volver a la edad media con las moscas revoloteando en la comida, con los críos hasta las orejas de barro y los pelos llenos de piojos. La higiene es buena y necesaria. Esto no es una excusa para volverse guarros o descuidar la higiene diaria. Solo intentamos advertir sobre el EXCESO de higiene.

 

Como hemos comentado antes, si el sistema inmune flojea, se puede dar una respuesta inmune inadecuada. Una respuesta inadecuada puede ser.

  • Reaccionar de forma extraña o distinta de la esperada
  • No reaccionar o no hacerlo a tiempo
  • Reaccionar de forma excesiva.

Algunos ejemplos:

Reacción a elementos ordinarios que la mayoría de las personas tolera y percibe como inofensivos (polen, polvo, pelo/piel de animales…).

No reacción ante un agente biológico; podemos estar dañándonos sin notarlo de forma inmediata. La inactividad de linfocitos T puede permitir que células de algunos compuestos se vayan acumulando en los pulmones o en el colon pudiendo causar un aumento de los procesos inflamatorios.

Una hiper-reacción puede ser una respuesta excesiva a un elemento o inocuo o decididamente dañino (como los shocks anafilácticos).

Las enfermedades relacionadas con la higiene excesiva pueden ser: alergias, eccemas, fiebre del heno o enfermedades auto-inmunes (ej: algún tipo de autismo, Leucemia linfoblástica aguda…).

El exceso de higiene también ocasiona que se generen bacterias y gérmenes super-resistentes, cada vez hay que esforzarse más para neutralizarlos con elementos químicos más potentes y ellos a su vez se multiplican adaptándose a los ataques de los antibióticos. Es un círculo vicioso donde el afán por acabar con todas las bacterias nos acaba perjudicando ya que el cuerpo no genera defensas contra ellas a tiempo.

 

Horror, y si tengo el sistema inmune flojo… ¿que hago?

Una ayuda para nuestro sistema inmune son los productos probióticos.

 – ¿Qué es un probiótico?

 Pues es un producto que contiene organismos vivos, bacterias buenas para nuestro organismo.

La ingesta controlada de probióticos puede ayudar a regular las poblaciones de bacterias buenas en nuestro tracto digestivo.

 

El tracto digestivo es el centro de nuestro cuerpo y nos recorre de arriba a abajo. Empieza en la boca y acaba…. bueno donde la espalda pierde el nombre. El 70% del sistema inmune está localizado en el sistema digestivo por lo que una flora abundante en bacterias benéficas nos ayudará enormemente con nuestra salud diaria.

 

Ayuda a tu sistema inmune:

  • Vigila tu alimentación. Una alimentación pobre en nutrientes y minerales debilita las defensas.
  • Es recomendable hacer una limpieza o detoxificación y regular el balance ácido/base del cuerpo (consulta a un nutricionista).
  • Intentar beber suficiente agua al día y si es posible filtrada.
  • Las vitaminas A, C y E son muy importantes. Incluye alimentos que las contengan.
  • Las dietas ricas en grasas saturadas debilitan al sistema inmune.
  • Intenta usar alimentos orgánicos (carne, pescado,verduras, huevos) de producción ecológica, ya que habrá menor probabilidad de encontrar hormonas y otros antibióticos en ellos.
  • Algunos alimentos que ayudan son: Miel de abejas, jalea real, propóleo, extracto de equinácea, ginseng, te verde, bayas goji (cambrón), zumos naturales de frutas y verduras,…
  • Toma medicinas/antibióticos solo bajo prescripción médica y solo durante el tiempo establecido por el médico.
  • Duerme un mínimo de 6 horas al día.
  • Practica ejercicio moderado de forma regular.
  • Como indicamos en un post anterior…. lavarse con Agua y Jabón. No es necesario usar un jabón desinfectante o bactericida a todas horas (salvo indicación médica claro). Y si el jabón es natural/orgánico, mejor.
  • Usar productos de limpieza del hogar que no contengan bactericidas. Recuerda: tu casa no es un quirófano.
  • Mima a tu mascota, no hace falta tampoco bañar al perro todos los meses (a no ser que se revuelque en algo apestoso ;-p ). Si no tienes, mima alguna mascota ajena 🙂
  • Terapias de acupuntura y moxibustión y algunos masajes también contribuyen a fomentar el buen funcionamiento del sistema inmune.

Lavarse: si, ser higiénico: si, ¡¡pero no pasarse!! de ser limpio a ser aséptico hay una diferencia importante.

Conclusión: En nuestro día a día es mas sano ser limpio que aséptico.

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