La navidad es una fecha en la que estamos acostumbrados a preparar deliciosas comidas elaboradas para compartir con familiares y amigos. Si bien se suelen relacionar estas fechas con almuerzos y cenas copiosas de difícil digestión, lo cierto es que existen alternativas perfectamente válidas para disfrutar de estas fiestas sin poner en riesgo nuestra salud y la de los nuestros.
Los principales síntomas que podemos sufrir en estas fechas son pesadez de estómago, acidez, indigestión, ardores, etc. pero en constante abuso pueden generar secuelas posteriores como úlceras, colon irritable, etc. Por ello es tan importante saber disfrutar de la gastronomía navideña de manera responsable sin renunciar al placer que conlleva.
El primer paso es preparar al cuerpo para estas comidas que no solemos comer el resto del año. Lo ideal es tomar, al menos dos semanas antes de las celebraciones, alimentos más ligeros como caldos depurativos, yogures, kéfir, panes integrales, cremas de verduras sin grasa, queso fresco desnatado, pescados al vapor, pollo a la plancha, etc. También existe la alternativa de acompañar las comidas o tomar entre horas infusiones digestivas o tisanas.
El horario es un imprescindible para llegar a las fiestas con un consumo responsable. Mantener un horario de comidas constante ayuda a saciar el apetito y no llegar con tanta hambre a las últimas comidas del día. Reducir ligeramente la cantidad de comida también es un plus para liberar al cuerpo de pesadez y ansiedad. Hay que evitar, además, comer deprisa, mientras hablamos y en una mala postura (por ejemplo, de pie). Hay que procurar disfrutar de lo que estemos comiendo sin quitarle prioridad.
Sírvete de alimentos crudos en estas semanas previas a Navidad. Si incorporas a tu menú una ensalada como entrante, estarás ayudando al organismo, gracias a su riqueza en enzimas, a tener una mejor digestión. Los frutos secos por su contenido en omega3 y los brotes germinados son también grandes aliados y favorecen la eliminación de gases.
Evita cocinar cantidades excesivas de comida para las fechas señaladas. Si conoces el número de invitados, lo ideal es que calcules bien qué cantidades se van a asignar por ración. Aunque se suele decir que “mejor que sobre a que no falte”, la realidad a posteriori es que terminaremos comiendo sobras de estos alimentos durante varios días. La alternativa a ello es, en este caso, repartir entre nuestros invitados.
Cocinar de forma casera, aunque parezca una obviedad, también favorece a que las comidas de estas fechas resulten más saludables. Y es que, aunque lo pasemos por alto, el abuso de alimentos precocinados, ricos en grasas hidrogenadas en muchos casos y múltiples conservantes son un enemigo de la digestión. Además, de este modo, también ahorrarás mucho dinero.
El momento del postre siempre es polémico cuando se trata de relacionar Navidad y Salud. En este sentido, afortunadamente, cada vez son más las opciones que hay en tiendas especializadas y supermercados, de turrones, polvorones y pasteles bajos en azúcar o edulcorados. Si en esta ocasión te toca tener un papel repostero, sustituye azúcar por fructosa y ayúdate con los sabores propios de sus ingredientes. Échale imaginación: pasas, plátano, cerezas o piña son algunos ejemplos de alimentos que tienen un aroma y sabor muy poderosos en repostería.
Aunque champán, cócteles y licores se encuentran implícitos en estas celebraciones, no debemos olvidar que contienen una gran cantidad de calorías vacías, de modo que debemos hacer un uso moderado y a su vez, ingerir al menos dos litros de agua diarios.
Como complemento, y tan importante como todos los consejos alimentarios en estas fechas son, mantener alguna actividad deportiva o caminar al menos durante una hora al día para eliminar calorías, favorecer la circulación y mejorar nuestra digestión.
Con todo esto, definitivamente, no se trata de renunciar, sino moderar el consumo y acostumbrar al organismo a opciones más saludables para poder afrontarlo.
We Speak English!